Para los pequeños profesionales y o empresarios que trabajamos en forma independiente, fijar los precios de nuestros servicios o productos es todo un problema y en una gran cantidad de casos, se termina recurriendo al más o menos o se cobra por el aspecto del cliente.
Sin desconocer que el precio de un producto o servicio es una cuestión de percepción, es imprescindible determinar primero nuestros costos para luego, definir un precio.
En una asesoría, los únicos elementos en juego son mano de obra intelectual.
Los que brindamos servicios, básicamente facturamos horas de trabajo especializado, somos trabajadores del conocimiento y lo primero que debemos estimar es cuál es el costo de nuestra hora de trabajo, aunque no facturemos al cliente por hora.
ACLARANDO...
Primero pongamos las cosas claras, sos un(a) profesional o un empresario(a), como tal vendes tu trabajo, entre más persuadido estés, más fácil lo transmitirás a tus clientes.
¿Ya sabes qué y cómo quiere el trabajo tu posible cliente? Bien, ahora hay que decirle cuanto le va a costar. Debes ser muy preciso en los precios y los tiempos en que vayas a realizar un trabajo.
Nunca des costos estimados sin haber analizado toda la información y los procesos en los que tendrás que involucrarte, pues es muy posible que salgan cosas que no tomaste en cuenta y que incrementen el precio, es entonces cuando tu cliente va a querer que le respetes lo supuestamente acordado.
Si bien muchos trabajan de una manera informal y hasta se reunen y pasan sus honorarios o precios en una mesa de café, no me parece muy profesional pasarlos de esa manera, así en el aire ya que en mi opinión amerita un mayor trabajo de detalle y un análisis de costos mínimo y de horas de trabajo que llevará cada cliente, lo que no debe improvisarse.
¿Cómo cuantificar un proyecto ?
Para cuantificar un proyecto debemos tomar en cuenta los tres parámetros más usuales:
a). La complejidad del trabajo.
b). El tiempo que se asigne para su desarrollo
c) . El beneficio que el cliente obtiene por el proyecto en cuestión .
Formas de presupuestar
Por hora
Es usual el cobro por hora en otras profesiones, como lo pueden ser el derecho, la ingeniería, la contabilidad, etc. En Estados Unidos, Canadá y muchos de los países europeos, se estila el cobro por hora de trabajo. Usualmente deberíamos llegar a utilizarla, ya que es una excelente forma de tasar el precio de un servicio y refleja la compensación justa por un trabajo realizado.
En esta modalidad, el cliente sólo contará con un costo fijo por hora de trabajo, pero no sabrá a priori el número de horas totales que pueden invertirse y el monto global de los gastos adicionales. El cliente conocerá el costo final del o de los proyectos una vez que se terminen y se haga la sumatoria de las horas trabajadas.
Por proyecto
Una forma de contratar es por proyecto. En este caso, la responsabilidad de ambas partes, termina al finalizarse el trabajo, excepto cuando existen cancelaciones por parte del cliente o cuando se abandona el proyecto por algún motivo.
Para calcular el costo de un proyecto, deberemos conocer todas sus fases del desarrollo y el estimado del tiempo que le invertiremos a cada una de ellas. Con ese dato y en base al costo por hora de trabajo, podremos integrar el precio, una vez sumados los gastos que originará el proyecto
ALGUNAS CONCLUSIONES
No existe un parámetro fijo de cálculo de hora. Esta varíará según el cliente, la complejidad del trabajo y la competencia existente.
El nivel de profesionalismo creo que es lo más determinante, dejando claro que profesionalismo es equilibrar productivamente calidad ,tiempo, atención y valores agregados, variando los honorarios según lo mencionado y otras cosas.
Puede cobrarse $30 la hora por un trabajo y dependiendo del mismo sería adecuado.
Igualmente puede calcularse la hora a $800 en caso de que el proveedor sea un experto en un área específica y no se conozca otra persona capaz de llevar a cabo el trabajo con la calidad que éste ofrece.
Del mismo modo es justo cotizarse alto cuando se es experto en un campo multidisciplinario, que de otra forma tendría que contratarse 4 o 5 proveedores (e integrar su flujo de trabajo) para aspirar a obtener el mismo servicio.
Como podemos ver, esto del costo es muy relativo.
En cuanto a los clientes y sus ofrecimientos, sencillamente existen clientes que no están al nivel del proveedor. Así es la vida.
Si me preguntaran cómo distingo a un buen profesional, lo definiría como quien sabe decir no en su justo momento y proporción,y que hasta ese "no" resulta productivo al final.
Y si me pidieran un consejo para quienes dicen "sí" a todo, les animaría a dejar de seguir regalandose y comenzar a construir una estima profesional más saludable.
Para finalizar aconsejo no caer en decirle a un cliente cuánto cuesta su hora de trabajo. Es un cálculo interno. Al cliente se le da un presupuesto final salvo que se trate de un contrato por tiempo.
En proyectos libres individuales es mejor manejarse con precios finales.
